Una leve sonrisa en un día de radio

Esta semana volvió a suceder. Se volvió a encender el piloto rojo. La sintonía del programa comenzó a sonar y, de repente, nos pusimos en marcha. El ritual de siempre, pero con esa sensación de novedad que impregna el estudio. La sensación de que justo en ese preciso instante está naciendo un nuevo curso radiofónico.

Esa otra familia que tenemos los que trabajamos en La Mañana de COPE, la familia de la noche, con la que debates qué es noticia y qué no, qué tema se destaca, qué breve se redacta, la familia con la que compartes un café de máquina a las tres de la madrugada, mientras te pones al día de las penas y alegrías de cada uno, vuelve a estar ahí.

A los oyentes no les puedes ver, pero también notas su presencia. Es imposible pergeñar un programa o una simple sección sin pensar en ellos. Sin pensar en ese paisano o paisana que decidirá sintonizar el programa en las horas que están por llegar. ¿Qué le lleva a compartir un momento de su día con nosotros? ¿Cuánto tiempo está al otro lado? ¿Qué le gustará más? ¿Qué le gustará menos? Las redes sociales nos dan muchas pistas para contestar esas preguntas, pero lo cierto es que esto de la radio sigue siendo un misterio insondable con una pizca de magia.

No me hagan mucho caso pero uno siempre ha tenido la sospecha de que, más allá de los grandes temas, más allá de Bárcenas, de Siria, de los dimes y diretes de nuestros políticos, el paisano o la paisana se queda con los pequeños detalles y las historias del día a día. Historias como que la gente lee en España más de lo que muchos se piensan. Otra cosa es que anden flojos de memoria, porque el personal sigue dejándose olvidados miles de libros cada año en los hoteles de nuestro país. Y resulta que el libro más olvidado es el best seller de E. L. James Cincuenta Sombras de Grey. Un libro erótico/picarón que está haciendo furor, sobre todo, entre las mujeres. La que se lo deja olvidado, normalmente, no suele volver preguntando por él…

Nunca sabremos, por cierto, si el gran Salvador Dalí hubiese disfrutado leyendo Cincuenta Sombras de Grey. Desde luego mente calenturienta no le faltaba. Ni eso, ni confianza en su propio talento. El genio de Cadaqués se dio pisto en vida cuando pronosticó aquello de “seré un genio y el mundo me admirará”, y la verdad es que no andaba muy desencaminado. 730.000 personas han pasado por el Museo Reina Sofía de Madrid durante los últimos cuatro meses para ver la exposición retrospectiva de su obra. Eso vienen a ser unas 7.000 personas cada día. Miles de españolitos haciendo cola, no para ver a Justin Bieber o a los famosillos nacidos del último reality de turno, sino para disfrutar de la pintura surrealista. La cultura sobrevive como puede en España, a pesar de la subida del IVA, a pesar de la ESO y a pesar de esta sociedad tan canalla que sigue empeñada en dividir y etiquetar a su gente en función de ideologías y proselitismos.

Curiosamente, al mismo tiempo que el Reina Sofía apuraba sus últimas horas con Dalí, el Bernabéu reunía a 30.000 forofos para dar la bienvenida a Gareth Bale. Lo hemos intentado durante el Tema del Día, pero esta mañana no ha habido forma humana de que Buruaga, Lama, Alcalá, del Val y compañía se pusiesen de acuerdo sobre si es ético o rentable pagar 100 millones de euros por un futbolista.

Probablemente, si un club tiene la guita, está en paz con Hacienda y se las apaña para rentabilizar la inversión, esté en su derecho de gastárselo. Otra cosa es que a los humanos que vivimos a la caza del cupón descuento para ir al supermercado nos choque que un chaval que da patadas a un balón anime a nadie a desembolsar lo que serviría para financiar 33 kilómetros de AVE o 1.600 comedores sociales. Hay comparaciones que duelen…

Por lo menos nos queda el consuelo de que a lo largo de agosto 31 personas han encontrado trabajo. Sí, 31. La cifra puede parecer ridícula, pero es la primera vez desde 2000 que no se destruye empleo a finales de verano. Agosto se venía cobrando en los últimos años una media de 50.000 despidos. Si uno piensa en esas 50.000 personas que han esquivado la guadaña, sumado a las 31 que han visto el cielo abierto tras muchos lunes al sol… multiplicado por la alegría exponencial de sus 31 familias…. en la calculadora de las noticias te sale como resultado un leve sonrisa de esperanza.

Acaba de empezar un nuevo curso radiofónico. Ojalá podamos contar en las noches y mañanas venideras historias de esas que, por pequeñas o cotidianas que sean, invitan a sonreír.

7 comentarios en “Una leve sonrisa en un día de radio

  1. Qué buenas líneas Sergio, propias de un radioapasionado. Suerte en esta nueva temporada a ti, y la gente con la que compartes tu trabajo. Que las cosas les vayan bien, aunque a veces tengan que hacer de tripas, corazón.

  2. Sergio! Me declaro fan oficial. Espero pronto leer tu próximo post. Ya hace tres años que abandoné esos pasillos y esa máquina, pero sigo viviendo la radio, aunque de otra manera. Siento muy dentro todas esas palabras. Ánimo con la nueva temporada, este curso no te escapas. Te llamaré. Abrazo!

  3. La entrada de agosto me gustó, pero está de septiembre me ha encantado.
    Que lectura tan agradable! .Tendremos que esperar un mes para la siguiente?
    Felicidades.

  4. Que no perdamos nunca esa sonrisa!! Aunque sea leve!! Ese “pilotito rojo” se ha encendido en la radio, y también, simbólicamente, en otros lugares de trabajo a los que llegáis a través de las ondas. Lugares en los que Septiembre ha reunido de nuevo a la familia laboral, dispuesta a afrontar el curso con nuevos propósitos, y cómo no, preparada para debatir sobre Dalí, Bale, los JJOO … y todos los temas que vosotros nos vais haciendo llegar cada mañana. Gracias por encender el piloto rojo y hacernos sonreir!!

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